17.4.09

El camino a Mombasa lleno de Baobabs


Cuando supe que el camino al puerto de Mombasa, partiendo de Nairobi, permitía contemplar cientos de Baobabs a pie de carretera, decidí ir tan pronto como fuera posible. Así lo hice el pasado 10 de abril. Los Baobabs me hicieron recordar la primera ilusión que tuve por conocerlos, cuando leí el libro El principito. En un principio, creía que eran árboles imaginarios. Después, cuando leí la vehemencia con que Octavio Paz se expresaba de los banianos, sospeché que, en efecto, existen los árboles fantásticos. No son los árboles del conocimiento, bíblicos, son los árboles del sentimiento, el árbol familiar. Ya en Mombasa, durante una de esas noches portuarias, recordé la primera vez que fui atraído por un árbol: mi padre, profesor universitario, aprovechaba su prestación de bono de libros cada fin de año para llevarnos a la librería de la universidad . En alguna ocasión, todavía niño, elegí un libro de Botánica cuya portada mostraba las coníferas gigantes de los bosques de California. Por supuesto, más atraído por la imagen del árbol que por los contenidos vegetales del libro.

4 comentarios:

  1. ya estás linkeado my friend.
    Un abrazo.

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  2. Miguel, que gusto de verte. ¿Que haces en Africa?

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  3. Hola nacho, cómo has estado. Creí que te habías enterado, llegué a África del Este como diplomático mexicano. Te agradezco tu lectura, siempre inteligente.
    MM

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  4. La verdad, sería medio complicado que se la acabase una manada de elefantes....

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